Por Catherine Hamber y Anna Yeatman
Revista Feldenkrais Australia 2023
Catherine Hamber (Sydney 4, 2003) es practicante del Método Feldenkrais y entrenadora asistente. Tiene experiencia en fisioterapia y con atletas ecuestres y equinos.
Anna Yeatman (formación Victoria 1 de Jeff Haller en 2007) es una practicante de Feldenkrais jubilada que sigue ofreciendo una clase semanal de ATM con zoom. También es académica jubilada y profesora emérita de la Western Sydney University.
…manipulación- significa la forma en que organizas tu movimiento-en lo humano significa saber lo que estás haciendo (Moshe Feldenkrais)
Introducción
Como practicantes de Feldenkrais heredamos una serie de términos clave del fundador de nuestro método, Moshe Feldenkrais. Uno de estos términos es «manipulación». La etimología de la palabra manipulación proviene del latín
del latín manipulus, cuya raíz es manus o mano. Este conjunto de asociaciones se recoge en la definición de manipulación del Oxford English Dictionary :
Acción o acto de manipular algo; manejo; destreza. También (ocasionalmente): hacer movimientos con la mano.
Por las razones que comentamos, Moshe hizo hincapié en esta conexión semántica entre la manipulación y la destreza con la que nosotros (los practicantes de Feldenkrais) utilizamos nuestras manos. Habría estado de acuerdo con la proposición de Bronowski (1973, 115) de que:
El mundo sólo puede ser captado por la acción, no por la contemplación… La mano es el filo de la mente.
Una de las ventajas de estudiar especialmente las transcripciones (y no sólo las grabaciones) de los entrenamientos que ofreció Feldenkrais es que nos da tiempo para asimilar y reflexionar sobre sus afirmaciones, que pueden ser algo farragosas, elípticas y sugerentes. Su modo de hablar es el de contar historias y, aunque en este modo recurre a la ciencia pertinente de la cosa, no ofrece una exposición conceptualmente explícita y lógicamente ordenada de la ciencia. Como sugeriremos, está en la naturaleza del material con el que trabaja Feldenkrais desafiar la exposición lineal y lógica de un concepto porque quiere que la forma en que pensamos sobre nuestras posibilidades de una agencia más refinada y autónoma esté informada por la experiencia.
Así, cuando en nuestro Grupo de Estudio de
de San Francisco, nos encontramos con Feldenkrais hablando de manipulación, ambos nos dimos cuenta de que tal vez nuestra comprensión previa de este término no era adecuada y que algo muy interesante y emocionante está sucediendo con la forma en que él utiliza este término allí. Como veremos dentro de un momento, identifica la «manipulación» con la capacidad humana de autoorganización y, en concreto, con la capacidad aprendida de perfeccionar continuamente esta capacidad de autoorganización. En este sentido, y en relación con los demás componentes de la agencia humana que identifica Moshe Feldenkrais (orientación en el espacio y el tiempo, pensar, moverse, sentir y percibir), es la manipulación, entendida como «la forma de realizar la cosa», la que parece ser la dimensión integradora de dicha agencia.
Como hemos sugerido, el uso que hace Feldenkrais de ideas o conceptos como manipulación, y de hecho, más ampliamente su compromiso con las palabras, es complejo porque se niega insistentemente a quedarse con lo que Iain McGilchrist llama procesos corticales del hemisferio izquierdo de usar palabras (lenguaje) en forma de cadenas lineales-secuenciales de razonamiento lógico (lo que una cultura moderna llama racionalidad). En cambio, Feldenkrais quiere utilizar las ideas y las palabras (la forma en que se expresan las ideas) siempre en relación con lo que McGilchrist llama procesos corticales del hemisferio derecho de la experiencia corporal. Así, cuando Feldenkrais presenta a sus alumnos las ideas que constituyen el Método Feldenkrais, siempre lo hace en relación con la facilitación de la experiencia de los alumnos de cómo estas ideas se materializan en su agencia corporal. Aquí es donde aterriza su frase «hago concreto lo abstracto». Dicho de otro modo, Feldenkrais nunca habla de aspectos del método sin, al mismo tiempo, invitar a sus alumnos a experimentar lo que quiere decir. Volviendo a McGilchrist, es como si Feldenkrais trabajara en la costura integradora entre los modos de pensamiento verbal-conceptual-racional del hemisferio izquierdo y los modos de pensamiento corporal-experiencial del hemisferio derecho, pero haciendo hincapié en la importancia de que el segundo guíe al primero. Una vez comprendido esto, queda claro por qué sus «charlas» son tan sugerentes, elípticas y no lineales. Y resulta más fácil entender por qué quiere mantener la relación semántica entre la idea de manipulación y el perfeccionamiento de nuestras habilidades para utilizar las manos en el trabajo con nuestros clientes. Por supuesto, como sabemos, cuando entramos en una relación de experiencia corporal con nuestros clientes, no son sólo nuestras manos las que están implicadas en esta relación, pero es cierto que en nuestro método nuestra principal forma de escuchar los procesos de auto-organización de nuestro cliente es a través de cómo usamos nuestras manos para entrar en conexión con ellos. Esta es la razón por la que en la primera mañana del primer año en el Entrenamiento de San Francisco (Feldenkrais 1975a, 1), Feldenkrais comienza con: ‘tocar a la persona con las manos’. En lo que sigue diciendo, compara metafóricamente cómo usamos nuestras manos con la forma en que el pulpo manifiesta su inteligencia en sus tentáculos, una metáfora maravillosa que nos anima a usar sensiblemente nuestras manos y brazos como tentáculos en relación con la persona con la que estamos trabajando:
lo que hacemos en realidad es lo que llamamos Integración Funcional. Eso significa que unimos los dos cuerpos, los tentáculos, para que haya una comunicación entre los dos en un nivel subliminal: eso significa nivel no verbal: eso significa… tus manos y las manos de la persona con la que trabajas hacen dos cosas.
Continúa diciendo que la primera de estas dos cosas es la facilitación de un nivel superior de autoorganización: «le transmites un cambio que hará en sí mismo», una «oportunidad de aprender lo que no aprendió antes»:
No diriges porque ordenas, porque controlas a la persona; sólo le transmites un cambio que hará en sí misma… y por eso no es enseñar. Le damos la oportunidad de aprender lo que antes no aprendió.
La segunda cosa es su conciencia de que ese nuevo aprendizaje es realmente posible mediante la participación en una práctica continua de auto-organización cada vez más refinada. Feldenkrais termina esta serie de comentarios con: Así que con las manos ayudamos a la persona» (todas las citas anteriores son de Feldenkrais 1975a, 1).
La manipulación como «la forma de organizar el movimiento
Más adelante, en la misma sesión matutina del primer día del curso de San Francisco, Feldenkrais afirma que «cualquier acción humana tiene dos aspectos estructurales principales»: la manipulación y la orientación. Y continúa:
Orientación significa tanto en el espacio como en el tiempo, y manipulación significa la forma de realizar la cosa. Cualquier acto debe tener estos tres ingredientes (Feldenkrais 1975a, 6).
Estos tres son bien conocidos por los practicantes como TOM (timing, orientation, manipulation).
Feldenkrais (1975a, 6) dice que «la orientación es tan importante como la manipulación». Y además que estos tres ingredientes ‘deben estar armoniosamente conectados, de lo contrario [el acto de la persona] no funcionará.’ Dado que cada ingrediente es tan crucial como los otros dos, la ordenación lineal de las cosas en el discurso no capta esta verdad».
Continúa profundizando y sugiere que la orientación y la manipulación también implican lo que él denomina «acción». Para él, la acción tiene cuatro componentes: pensar, sentir, percibir y moverse. Al igual que en la orientación y la manipulación, estos cuatro componentes o dimensiones son igualmente importantes e inseparables. Sólo en el orden sintáctico secuencial del lenguaje separamos conceptualmente estas dimensiones y, al poner una en primer lugar, parecemos dar a entender que es más importante que las demás. Pero: ‘no se puede hacer una cosa sin juntar todas esas cosas… nunca ocurren por separado (Feldenkrais 1975c, 81)’.
Resulta, pues, que la acción/agencia humana tiene siete componentes o dimensiones: sincronización y orientación espacial; manipulación; pensamiento; movimiento; sensación; y sentimiento. Ninguno de ellos es más importante que los demás. Sin embargo, si estos componentes son distintos, es porque desempeñan papeles diferenciados dentro de la agencia humana. Una vez que somos capaces de diferenciar estas dimensiones de nuestra agencia, podemos prestarles atención de tal manera que nos permita perfeccionar la forma en que las ponemos en juego. Esto es «conciencia a través del movimiento».
¿Cuál es entonces el papel diferenciado de la manipulación en relación con los otros seis componentes de la acción? La manipulación resulta ser «la forma en que organizas tu movimiento»:
Pero puedes ver que pensar, sentir, percibir, moverse, conectar el tiempo y el espacio, y la manipulación -significa la forma en que organizas tu movimiento- en lo humano significa saber lo que estás haciendo. Esas son siete cosas que, cuando hacemos cualquier acto, lo sepamos o no, son todas una (Feldenkrais 1975c, 81).
¿Significa esto entonces que si nos hacemos conscientes de cómo estamos pensando, sintiendo, percibiendo, moviéndonos, «conectando tiempo y espacio», entonces podemos mejorar y refinar cómo organizamos todo nuestro ser para el movimiento? ¿Significa esto entonces que la «manipulación» implica a todo el ser en movimiento, que es una capacidad de autoorganización que mejora con la conciencia, y que su papel esencial es el de integrar las otras seis dimensiones de la acción o agencia humana? Si esto es así, se explicaría por qué Feldenkrais sugiere que nuestra capacidad de manipulación está ligada a la imagen que tenemos de nosotros mismos: Actuamos de acuerdo con la imagen que tenemos de nosotros mismos» (Feldenkrais 1980b, 3):
Cada uno de nosotros habla, se mueve, piensa y siente de una manera diferente, cada uno según la imagen de sí mismo que ha construido a lo largo de los años. Para cambiar nuestro modo de actuar debemos cambiar la imagen de nosotros mismos que llevamos dentro …Un cambio así implica no sólo un cambio en nuestra autoimagen, sino un cambio en la naturaleza de nuestras motivaciones, y la movilización de todas las partes del cuerpo implicadas (Feldenkrais 1980b 10).
La manipulación como autoorganización
Si la manipulación y su grado de refinamiento conciernen a nuestra autoimagen, a «la dinámica de nuestra acción personal» (Feldenkrais 1980, 10), tiene sentido que Feldenkrais insista una y otra vez en que nadie más que la persona afectada puede organizar su movimiento. De ello se deduce que el profesional no debe intentar reorganizar a la persona:
… no vamos a reorganizar al tipo, no vamos a hacer nada para curarle o enderezarle la espalda o corregirle la postura – todas estas cosas, debe hacerlas él, no tú. Sólo puedes hacerle consciente de los medios para conseguir esas cosas, que él no puede encontrar por sí mismo (Feldenkrais 1975b, 89).
Entonces, ¿cómo facilita y posibilita el practicante de Feldenkrais esa toma de conciencia? El practicante de Feldenkrais ofrece un esquema corporal experiencial que permite a la persona tomar conciencia en la práctica de las siete dimensiones de su acción. Esta oferta se realiza a través del tacto y/o a través de la prosodia y la calidad tonal de la voz del practicante, ofreciendo tanto contenido (el qué de una lección de conciencia funcional a través del movimiento) como orientación sobre cómo la persona se atiende a sí misma en el transcurso de la lección. Dicha guía dirige a la persona para que se atienda a sí misma de manera que sea más consciente de cómo piensa, siente, percibe, se mueve, se orienta en el espacio y el tiempo y, por lo tanto, de cómo organiza todo su ser para el movimiento.
Aquí podemos ver por qué Feldenkrais dice que la manipulación, entendida como la capacidad de organizarse uno mismo, está directamente relacionada con la capacidad humana de «saber lo que se está haciendo». Diferencia la capacidad humana de autoorganización de la de los otros grandes simios por el complejo desarrollo de la corteza cerebral humana, que confiere al ser humano la capacidad de autorrefinamiento continuo e interminable:
Y lo que quiero mostrarles ahora es que cualquier acto debe tener una parte manipulativa que es esa dirección mental particular del cuerpo que no proviene de los centros inferiores sino de la corteza motora (Feldenkrais 1975c).
La manipulación es algo distinto de la capacidad del organismo de utilizar los reflejos incorporados para restablecer el equilibrio, como en el acto reflejo de salvarse al resbalar sobre la piel de un plátano. Ese acto reflejo es automático y no es susceptible de refinamiento y mejora a través de la conciencia:
Ahora no sabes cómo te enderezas. Nadie lo sabe. Sólo después sabemos que nos hemos enderezado. …hay estructuras muy antiguas en el cerebro para movimientos muy rápidos… (Feldenkrais 1975c, 76)
Se trata de funciones relacionadas con la supervivencia y la protección de la vida que operan por debajo del nivel de conciencia y que compartimos con otros primates. Sin embargo, si nos dedicamos a mejorar nuestra manipulación, esto repercute en la calidad de todo nuestro funcionamiento orgánico, de modo que, por ejemplo, mejora nuestra capacidad para caernos sin lesionarnos.
La manipulación y la habilidad de nuestras manos
Debido a que la manipulación está directamente relacionada con los procesos corticales de la conciencia que permiten el perfeccionamiento continuo de la acción, en el Entrenamiento de San Francisco Moshe hace hincapié en el vínculo entre la manipulación
y el desarrollo evolutivo de la mano humana, capaz de habilidades somatosensoriales y motoras extraordinariamente finas. No se trata sólo de una cuestión académica.
Quiere recalcar a los alumnos de la Formación que la forma en que cultiven y hagan crecer las capacidades somatosensoriales y motoras finas de sus manos marcará toda la diferencia en la forma en que ofrezcan las clases.
…cuando hablamos de manipulación, es una palabra idiota porque manipulación significa sólo con la mano… Se podría pensar que la manipulación es una cuestión de actuar con la mano. Pero hay una enorme diferencia entre actuar con la mano por parte de un ser humano, o incluso de un primate, incluso de los primates más desarrollados (Feldenkrais 1975c, 75).
Es en este contexto en el que comparte la idea del homúnculo:
…cuando llegas a esa parte que es manipulativa, que llamamos manipulación…
no tiene nada que ver con la fuerza. Tiene que ver
con la habilidad. Y nuestra mano tiene – es la más fina, los músculos más delicados que podemos y el movimiento más delicado que podemos hacer es con las puntas de los dedos……. y el pulgar por ejemplo en el homúnculo, en la corteza motora, ocupa un área en un adulto que es aproximadamente cinco veces el área de las piernas (Feldenkrais 1975c, 77).
El homúnculo fue una idea ofrecida por Wilber Penfield (1891- 1976) al indicar el área de la
córtex humano que se dedica a las funciones somato-sensoriales y motoras. Se conoce como el homúnculo porque tiene rasgos de una
figura humana. El tamaño relativo de cada parte del cuerpo en el homúnculo muestra su importancia funcional relativa en nuestra capacidad de organizarnos para la acción. El área de la mano en la corteza motora sensorial del cerebro es enorme en comparación con, por ejemplo, el muslo.
Descubrimientos más recientes en neurociencia revisan cualquier sugerencia de la idea del homúnculo de que estas partes del cuerpo funcionan independientemente unas de otras. Además, algunas partes como la mano, el pie y la boca tienen
El homúnculo clásico se ve interrumpido por regiones con conectividad, estructura y función distintas, que se alternan con áreas específicas de los efectores (pie, mano y boca) (Gordon
et al 2023, 351)». Tal vez, al vincular la mano a la manipulación entendida como la agencia integradora
de autoorganización, era precisamente esto lo que Moshe Feldenkrais quería señalar. Sugirió que la manipulación no es sólo una acción de la mano, sino que tiene «una dirección mental particular del cuerpo que no procede de los centros inferiores, sino de la corteza motora».
La atención es fundamental en la manipulación:
‘La parte manipulativa es la parte de saber lo que haces en movimiento’
En el Método Feldenkrais es primordial si prestamos atención y cómo lo hacemos. La clave para abrir nuevas posibilidades y refinar la autoorganización es la «atención». Es en cómo prestamos atención, y a qué, que abrimos la puerta a hacer algo distinto de los patrones habituales de auto-organización y, también, a «aha’s» conscientes acerca de cómo podemos movernos con mayor facilidad y elegancia.
En una clase de integración funcional, como profesionales, nuestra atención guía la forma en que iniciamos y terminamos la clase. Observamos cómo nuestro cliente realiza un movimiento funcional, una acción útil en su vida cotidiana. Nos damos cuenta de lo fácil que le resulta, de lo claramente que se ajusta a su intención y de lo satisfecha que está con la calidad de su movimiento. A continuación, creamos un escenario en el que profundizar en detalles más granulares. A continuación, fragmentamos lo que observamos. Esto significa que lo dividimos en componentes más sencillos y pequeños: clarificamos la calidad, la facilidad y la fluidez de cada componente, la trayectoria en el espacio de las partes del cuerpo y la secuencia de los componentes cuando se unen en un patrón completo de movimiento que involucra a toda la persona.
Elegimos lo que queremos «destacar» en el proceso de poner de relieve una parte o cualidad del patrón de movimiento que estamos investigando. Podemos elegir poner en primer plano la respiración y cómo se integra esta función principal. O el esfuerzo muscular, o la forma en que el movimiento atraviesa el esqueleto. Utilizamos mapas que guían el proceso de trabajo con el cliente y nos ayudan a planificar nuestro camino de compromiso con los patrones existentes de autoorganización, que incluyen no sólo un paisaje somático, sino también emocional e interior del cliente.
Feldenkrais propone que la calidad de la autoorganización depende profundamente de que aprendamos a prestar atención a cómo «hacemos». Si la autoorganización ha de tener la cualidad de conexión armoniosa o integración de todos los componentes de la acción es porque hemos aprendido no sólo a prestar atención a cómo hacemos, sino también a refinar la práctica de cómo prestamos atención:
Por lo tanto, en cada acto, aprendas lo que aprendas, a menos que prestes atención, seas consciente de tu cuerpo, de cómo está orientado, y prestes atención a la orientación en el espacio y en el tiempo y a la manipulación – los tres ingredientes de la acción deben estar armoniosamente conectados, de lo contrario no funcionará (Feldenkrais 1975a, 6).
Es la atención, que al permitirnos saber cómo hacemos algo, abre las posibilidades de elección. La libertad de elección es lo que hace que merezca la pena la práctica del perfeccionamiento continuo de nuestra acción: si sé cómo hago, entonces puedo hacer lo que quiera; es un punto que Moshe señala muchas veces.
Prestar atención a través de cómo utilizamos las manos
Imaginar en la sensación, nuestros brazos y manos como dos tentáculos de pulpo nos da una sensación de mayor sensibilidad y conexión. La calidad y la actitud del tacto abarcan nuestro propio uso en la comunicación entre nuestro sistema nervioso y el del cliente.
Nuestras manos no sólo expresan nuestra autoorganización, no sólo recogen información sobre la autoorganización del cliente, sino que también comparten nuestros sentimientos de cuidado y crianza. Ser conscientes de cómo nuestras manos expresan nuestra orientación emocional, nuestra intención y nuestra autoorganización al trabajar con nuestros clientes nos da superpoderes.
Nuestros clientes perciben la diferencia en la forma en que utilizamos nuestras manos entre una actitud de invitación, amabilidad, amistad, curiosidad, o de aprensión, bloqueo, tensión. Nuestras manos expresan qué y cómo estamos pensando y proporcionan un modo de pensamiento que es más sensorial que verbal, y más dinámico que una imagen estática. Nuestras manos articulan el estado de nuestros sistemas nerviosos central y autónomo en comunicación con los del cliente.
En este sentido, resulta útil recurrir al esquema de McGilchrist que contrasta el funcionamiento de los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro. La fisioterapia, por ejemplo, al igual que otras ciencias médicas de la salud occidentales, se inspiró en el modelo reduccionista de principios del siglo XX, que tiende a una orientación cognitiva del hemisferio izquierdo, aunque la práctica actual fomenta ahora un enfoque más funcional. Desde sus inicios, el Método Feldenkrais operó en términos de la relacionalidad de todo el sistema vivo de una persona. Está orientado a un todo dinámico y en evolución, y el arte de la integración funcional consiste en encontrar un camino para un patrón de uso de sí mismo que sea somática y emocionalmente más funcional que el patrón o patrones habituales. Mientras que el fisioterapeuta invita a su cliente a ser más hábil en el manejo y control de su «cuerpo» (o, más exactamente, de las partes de su cuerpo), el profesional de Feldenkrais invita a su cliente a ser consciente de que (como dice McGilchrist 2021, 17) la atención cambia el mundo, en este caso el mundo de sí misma como un todo complejo, dinámico y vivo en constante interacción con su entorno.
Para estar seguros, Feldenkrais y el Método que ofrece incorpora el mapeo detallado del cuerpo humano que se ofrece en anatomía, neurociencia y fisiología, y en este grado, nuestra práctica es una actividad cortical del hemisferio izquierdo. Pero como ya hemos dicho, aunque estos conocimientos informan nuestra práctica, la clave de nuestro trabajo está en las dimensiones experienciales de nuestra práctica, ya que ponen en juego la forma en que nos implicamos en las siete dimensiones de la agencia. Y es cómo usamos nuestras manos lo que reúne esos mapas científicos, nuestra capacidad de escuchar o atender, nuestra receptividad y expresividad emocional y nuestra conciencia somática. Stanley Keleman (2014, 2) explica elocuentemente cómo lo hacen las manos:
La mano es un órgano que enseña al córtex a través de la tactilidad y la cinestesia de la acción motora. La mano es un pequeño cuerpo que dialoga con el córtex y mantiene una importante relación de autoconocimiento que indica la acción.
Así pues, nuestra práctica es una actividad cortical predominantemente hemisférica derecha. Por eso nos puede resultar difícil explicar con claridad lo que hemos hecho y por qué en una sesión con un cliente. Podemos decir lo que pretendíamos al atender al cliente en términos funcionales, pero en cuanto a los procesos sensoriales, intuitivos y no lineales de la lección, podemos tener dificultades para ofrecer una narración verbal de lo que hicimos y por qué. Por supuesto, esta es la razón por la que se invita a los alumnos y practicantes a observar directamente y «sentir» a un practicante dando una clase de Integración Funcional. Moshe habla de su proceso en la IF en el Programa de Formación de Amherst: ‘… es una sensación. Sólo después puedo reconstruir la razón. Es como una intuición. Puedes encontrar cómo trabajaste para llegar al resultado final sin pensar en los detalles (Feldenkrais 1981a, 4).’
Nuestra capacidad de acceder directamente a la serie Amherst Evening FI de Feldenkrais a través de las grabaciones de vídeo nos ofrece un recurso extraordinariamente rico. Sobre su estudio de estas lecciones compartidas con un grupo de practicantes curiosos, Catherine comenta: Siempre me ha atraído la forma en que los dedos y las manos del Dr. Feldenkrais sondean y cuestionan suavemente al cliente, de forma no verbal a través de sus tejidos. Trata de aclarar lo que es, las relaciones locales y la anatomía, pero contextualiza estas exploraciones en relación con todo el sistema de vida encarnado y la experiencia vivida del cliente. Catherine comenta además sus procesos de investigación y reflexión sobre la idea de manipulación de Moshe en relación con su propia práctica, y en conversación con otras fuentes y colegas: mi acción se ha vuelto más intuitiva, lo que para mí significa que se basa en el conocimiento de muchas esferas y también aparece en mis manos mientras trabajo en IF, o en mi enseñanza verbal, ya que encuentro diversas descripciones, y ejemplos e introduzco nuevas variaciones y juegos para aclarar un concepto.
Para concluir…
Nuestra intención ha sido abrir la idea de manipulación tal y como Moshe la utiliza, y sacarla de lo que tiende a ser nuestra forma de utilizar el «lenguaje Feldenkrais»: utilizar palabras clave sin pensar en lo que significan, y negarnos así la comprensión de la poderosa e imaginativa invitación a comprometernos en la maduración humana que Moshe nos hace. Si la cualidad de la autoorganización es importante, lo es porque podemos refinarla sin cesar y, al hacerlo, ser más maduros y más libres. Lo que significan estos términos (maduración y libertad) es otro tema de debate, pero quizá en este punto podamos recordar lo que Moshe dijo sobre la «mejora»:
…para lograr una función óptima mientras se crece debe haber un cambio continuo en la dirección de la mejora.
…la complejidad de este proceso [de cambio] es tan grande que el fracaso es inherente. En condiciones ordinarias, es muy raro encontrar el óptimo en estructura, forma y función. Son de esperar disfunciones en el movimiento, regresiones y desarrollos parciales. Esta generalidad hace posible ayudar a los individuos normales a alcanzar el desarrollo óptimo que de otro modo no lograrían (Feldenkrais 1981b, 16).
Referencias
Bronowski 1973 The Ascent of Man, British Broadcasting Corporation, Londres, Reino Unido
Feldenkrais, M. 1975a San Francisco Training Transcripts. Year One. Semanas 1 y 2. París, Francia: Federación Internacional Feldenkrais.
Feldenkrais, M. 1975b San Francisco Training Transcripts. Año Uno, Semana 3. París, Francia: Federación Internacional Feldenkrais.
Feldenkrais, M. 1975c San Francisco Training Transcripts. Año Uno, Semana 7. París, Francia: Federación Internacional Feldenkrais.
Feldenkrais, M. 1980a Feldenkrais Professional Training Program Transcript. Amherst, Massachusetts. París, Francia: Federación Internacional Feldenkrais.
Feldenkrais, M. 1980b Awareness through Movement. Ejercicios de salud para el crecimiento personal. Arkana. Penguin Books.
Feldenkrais, M. 1981a Feldenkrais Professional Training Program Transcript. Amherst, Massachusetts. Year 2, June 30, Morning Session Tape #27. París, Francia. París, Francia: Federación Internacional Feldenkrais.
Feldenkrais 1981b The Elusive Obvious, Meta Publications
Feldenkrais 1977 The Case of Nora, Somatic Resources, Berkeley, California
Gordon, E.M., Chauvin, R.J., Van, A.N. et al. ‘A somato-cognitive action network alternates with effector regions in motor cortex’. Nature 617, 351-359 (2023). https://doi.org/10.1038/s41586-023-05964-2
Keleman 2014 ‘Tocar y ser tocado: la mano como cerebro.’ neurophychotherapist.com
McGilchrist Iain 2021 El asunto de las cosas: Our Brains, Our Delusions, and the Unmaking of the World. Volume One. London: Perspectiva Press.
McGilchrist Iain 2023 https://channelmcgilchrist.com/ home/